EL ORIGEN DE LA PIEL DESNUDA
Entre los primates, los humanos somos los únicos con la piel casi desnuda, a diferencia del resto de los primates que en su mayoría posee una piel cubierta por un pelaje denso, como la mayoría de los mamíferos: desde el negro y corto pelo del mono anillado al largo y cobrizo del orangután.
Es cierto que los humanos tenemos pelo en la cabeza y en otras partes del cuerpo, pero en comparación con nuestros parientes, hasta la persona más hisurta aparece desnuda.
¿Cómo hemos adquirido esa desnudez? Encontrar una explicación no es fácil, ya que la mayoría de los rasgos principales de la evolución humana (la aparición de la combinación bípeda), queda registrada en los fósiles de nuestros antepasados, pero ninguno de los restos hallados conserva impresiones en la piel. Sin embargo, en los últimos años se han descubierto en el registro fósil, pruebas indirectas de la evolución de nuestra piel, de cubierta a piel casi desnuda.
Gracias a tales indicios y a los descubrimientos realizados durante el último decenio la genómica y la fisiología se ha llegado a una explicación de la razón de la pérdida de pelo corporal y el momento en que ese fenómeno se produjo, además de dar cuenta de nuestro aspecto, la hipótesis indica que la piel desnuda desempeña una función esencial en la evolución de otras características humanas, incluido el tamaño cerebral y la dependencia del lenguaje.
Para entender que nuestros antepasados perdieron el pelo corporal, debemos analizar la razón de que otras especies están provistas de un abrigo de pelo y, la mayoría de ellos, lo tuvieran en abundancia.
El pelo proporciona aislamiento y protección ante los rasguños, la luz solar y parásitos y microorganismos potencialmente dañinos, o también a modo de camuflaje para confundir a los depredadores.
Los patrones distributivos de una especie familiar a los miembros de la misma a reconocerse entre sí.
Además los mamíferos utilizan el pelo para realizar exhibiciones que indican agresión o agitación; cuando un perro eriza el pelo de la nuca y el lomo, está enviando una señal a los contendientes para que se alejen.
Además el pelo cumple funciones importantes, en algunos grupos de mamíferos han evolucionado volviéndose tan escaso y tan ñno que parece no desempeñar función alguna, muchas de estas especies viven bajo tierra o en el agua.
La rata topo desnuda y otros mamíferos subterráneos han desarrollado calvicie para adaptarse a la vida en grandes colonias subterráneas, allí tener pelo no tiene ninguna ventaja, en la oscuridad los animales no pueden verse entre sí y sus relaciones sociales muy elementales, consisten en amontonarse para compartir el calor.
En mamíferos marinos que nunca salen a la tierra (ballenas), la piel desnuda facilita la inmersión y a que reduce la fricción.
Para empezar la diferencia de un aislamiento extremo, estos animales disponen de una gran capa de grasa subtérmica.
En cambio, los mamíferos subacuáticos poseen un pelaje denso simplemente que atrapa el aire (nutrias). De esta forma, incrementan la fertilidad positiva y disminuyen el esfuerzo necesario para flotar. El pelaje les protege también la piel cuando salen a tierra.
Los mamíferos terrestres de mayor tamaño (elefantes, rinocerontes e hipopótamos) han desarrollado una piel desnuda porque sufren un riesgo abundante de calentamiento cuando mayor es el tamaño de un animal, menor es la relación entre la superficie y la masa (o volumen) del mismo modo y por tanto, les resulta más difícil elaborar el exceso de calor corporal.
En el otro extremo, los ratones y otros micromamíferos, cuya relación entre superficie y volumen es mayor, a menudo tienen que luchar por conservar el calor.
Durante el pleistoceno, período geológico que abarca desde hace 2 millones de años hasta 10.000 años, los mamuts y otros parientes de elefantes y rinocerontes actuales vivían en ambientes fríos, ese aislamiento extremo les ayudó a conservar el calor corporal y a no tener que ingerir tanta comida.
Pero todos los grandes herbívoros actuales viven en ambientes de calor sofocante. Donde el abrigo de pelo sería mortal para los anímales de tales proporciones.
La ausencia de pelo en los humanos no constituye una adaptación evolutiva de la vida subterránea, ni a la vida acuática.
Tampoco resulta de un cuerpo voluminoso, nuestra piel desnuda guarda relación con necesidad de regular nuestra gran capacidad de moderación, mantenerse fresco es un problema grande para muchos mamíferos, no sólo para los genes herbívoros.
El problema se agudiza, cuando viven en ambientes cálidos y generan un calor abundante al tener que desplazarse y correr largas distancias. Estos mamíferos deben llevar a cabo una fina regulación de la temperatura corporal, sino quieren que sus tejidos y órganos, sobretodo el cerebro, sufran daños al calentarse en ese caso.
Los mamíferos emplean tácticas muy dispares para evitar un recalentamiento, los perros jadean, los gatos suelen más activos durante las horas frescas del atardecer y muchos conducen la sangre de sus arterias a pequeños vasos, que han refrigerado medíante la respiración a través de la nariz.
En África Oriental y Central, lugar donde vivían nuestros antepasados con el descenso de las precipitaciones, los bosques donde habitaban los primeros homínidos dieron paso a ambientes de sabanas más abiertas.
Los alimentos de nuestros antepasados (frutas, hojas, tubérculos y semillas) comenzaron a escasear, se presentaban con una distribución desigual y se hallan sujetos a la disponibilidad, lo mismo que las fuentes permanentes de agua dulce.
Ante tal disminución de recursos, nuestros antepasados tenían que abandonar sus hábitos, tranquilos de forrajes se vieron obligados a realizar desplazamientos más largos en busca de agua y de plantas comestibles para sobrevivir y obtener los alimentos necesarios.
Para abordar el problema del nitrógeno deben comprenderse ¡os procesos químicos involucrados y calcular de que manera influye el nitrógeno en la degradación del medio ambiente.
Todas las maldades y bondades de sus elementos aparecen cuando se descomponen las moléculas del gas N2.
El nitrógeno resulta imprescindible para la vida pero aunque la atmósfera lo contenga en un 78% se trata de un gas inerte.
La naturaleza pone el nitrógeno a disposición de ia vida por medio de un reducido grupo de bacterias esparcidas vivas en la tierra y en aguas dulces y saladas.
Se pueden encontrar relaciones simbióticas con las raíces de ligamentos que figuran entre los asedios más importantes del mundo.
Otra pequeña cantidad de gas nitrógeno se figura estar tostado por rayos y erupciones volcánicas por gas y antes de que la humanidad comenzara a explicar las teorías de fijación del nitrógeno, la cantidad de este gas neutro provoca en el Planeta se compensaba con la cantidad de otro pequeño grupo bacteriano que hace el nitrógeno reactivo a su estado gaseoso primigenio en un proceso de desnitrificación.
Sin embargo ha bastado cualquier episodio para transformar ese delicado equilibrio.
Hacia 2005 nuestras actividades generaban más de 180 millones de toneladas de nitrógeno reactivo al año, por lo menos el doble de lo que procura a través de procesos naturales terrestres.
A veces hay que considerarlo el elemento más promiscuo de la naturaleza. El nitrógeno liberado de su estado inerte crea muchos problemas ambientales dada su capacidad de combinarse con multitud de sustancias tóxicas y de difundirse con prontitud a grandes distancias.
Cuando un nuevo átomo de nitrógeno reactivo penetra en la atmósfera o en u rio a decenas o cientos de kilómetros de su origen, incluso los lugres más alejados del globo presentan hoy niveles elevados de nitrógeno debido a la actividad humana.
Cuando se accede a nitrógeno en el campo, en el mar o en una zona con césped el resultado es previsible. Las plantas crecen más. En nuestros ecosistemas naturales, la respuestas entrañan mayor complejidad y numerosos problemas.
Las aguas fluviales cargadas de abonos que penetran en el mar provocan 1a floración de plantas microscópicas que al descomponerse consumen oxígeno, llegando a crear zonas muertas.
En tierra, no todas las plantas de un ecosistema complejo responden igual a las aportaciones del nitrógeno, muchas de ellas no están preparadas para una acumulación repleta de nutrientes y tampoco a especies nuevas más competitivas en un medio enriquecido. En numerosas ocasiones se traduce en una pérdida de biodiversidad.
En amplias regiones de gran parte de Europa, ha desaparecido al menos una de cada cuatro de especies vegetales, tras varios decenios de acumular a través de la atmósfera nitrógeno antropogénico.
El problema se encontraba tan estancado que en un trabajo reciente se ha clarificado la contaminación por nitrógeno, entra las tres primeras amenazas contra la biodiversidad universal.
Además, la conexión sobre diversidad biológica del Programa Ambiental de las Naciones Unidas considera las reducciones de la deposición del nitrógeno como un claro indicador del éxito en la conservación del entorno.
La pérdida de una especie vegetal rara puede preocupar, ai gran público y a los políticos. Pero el exceso de nitrógeno no solo daña estas especies, constituye también una amenaza para los seres humanos.
Un análisis del Instituto Estadounidense de la Salud, sugiere que los elevados compuestos de nitratos, agua potable, a menudo procedentes del nitrógeno, provocan múltiples problemas de salud, incluidos varios tipo de cáncer.
La contaminación atmosférica debida al nitrógeno, las partículas sólidas, así como el ozono afecta a de millones de personas: aumenta la incidencia de trastornos cardiopulmonares y eleva las tasas de mortalidad.
El peligro es cada vez más inminente y las cifras durante los últimos 20 años lo demuestran fehacientemente.
En este periodo se ha utilizado más de la mitad del abono nitrogenado sintético jamás producido.
La producción de nitrógeno sintético se ha disparado en un 80 por ciento desde 1960, dejando muy atrás, al dióxido de carbono atmosférico que creció el 25 por ciento en ese mismo periodo.
Si los estadounidenses se mudaran a la costa mediterránea se reduciría a la mitad el gasto nacional en abonos.
Las consecuencias ecológicas derivadas del nitrógeno (y del fósforo, otro abono químico) van a suponer numerosas amenazas para la salud para la salud.
Quedan por comprobar la amplitud y variabilidad de tales respuestas pero se sabe que el enriquecimientos de los ecosistemas con nitrógeno. Datos recientes sugieren que el beber demasiado nitrógeno a través del agua potable aumentan el riesgo de padecer el mal de alzheimer y diabetes.
El abono eleva en esta planta la polución por polen, agente de la fiebre , la malaria, el cólera, la esquitomatosis y el virus del nilo, demuestran mayor capacidad de infección cuando abunda el nitrógeno.
Estas y otras muchas enfermedades están controladas por la actuación de otras especies del entorno.
Es demasiado pronto para saber si la contaminación debida a Jos nutrientes acumulan los riesgos para la salud. En ciertos casos, los cambios ecológicos resultantes tal vez mitiguen las posibles enfermedades.
Pero crece con rapidez en la posibilidad de cambios y al sentir la necesidad de comprender la función que van a despertar conforme al uso de abonos aumenta y se extiendo a los próximos decenios a latitudes tropicales donde abundan enfermedades.
Cada vez está más claro que el nitrógeno reactivo constituye un factor clave en el cambio climático. En la atmósfera se da origen a uno de los subproductos más indeseables, el ozono se presenta en forma de óxido nítrico N02 o dióxido de nitrógeno, el N2ñ.
La creación del ozono resulta nuevamente nociva no solo por su amenaza contra la salud humana, sino también parece que la superficie del suelo del ozono constituye una vía del "efecto invernadero".
Además, deteriora los tejidos vegetales que hacen perder cada año muchas valoraciones, calculadas en miles de millones de dólares.
En ciertas ocasiones, el exceso de nitrógeno contrarresta el calentamiento, ai crear estas sustancias de la atmósfera creándose en forma de aerosoles que refleja la relación entre elementos abundantes e nitrógeno que favorecen la abosrción del C02 atmosférico.
CAPÍTULO 3 LAS SOLUCIONES DEL NITRÓGENO REACTIVO
Aunque la mayor parte de nitrógeno que hay perforando el Planeta pueda atribuirse a la proporción de abonos, no es posible prescindir de los fertilizantes.
Los abonos son demasiado importantes para la alimentación mundial. La solución, pasa por una utilización eficaz, lo mismo en países ricos que en los subdesarrollados.
Las naciones ricas han marcado el camino hacía un sistema agrícola que consume cantidades desmesuradas de nitrógeno y no lo aprovechan con eficacia.
Demasiadas veces el nitrógeno se ha utilizado de manera desenfrenada, con muy bajo rendimiento económico y escasa atención a las artes reales. En los demás países más de mil millones de personas, endurecen las normas de misión aplicadas a vehículos y, siempre se genera energía por pilas de combustible y no por la combustión tradicional.
Una de las fuentes de energía renovable, el biocombustible derivado del maíz, está aumentando la demanda del cultivo del maíz en Estados Unidos, casi cuadriplicada desde el año 2000, se ha comprobado ya en el nitrógeno que el exceso de abono llega al "golfo de México", donde provoca floraciones de algas y la formación de zonas muertas.
Según la Comisión científica de Problemas Ambientales, tratados en el consejo nacional.
Un enfoque de problemas ambientales, tiene un aspecto comercial de la producción de biocombustibles podía agudizar el calentamiento global, las amenazas contra la seguridad alimentaria y las enfermedades respiratorias humanas, además de los consabidos deterioros ecológicos.
La técnica ha puesto ya a nuestro alcance instrumentos para gestionar el nitrógeno con mayor eficacia, conservando muchas ventajas al tiempo que se reducen los riesgos.
Con respecto a la energía, no será fácil la conversión o un uso más sostenible del nitrógeno, nadie tiene una varita mágica, además, no bastan el saber técnico y la experiencia sin incentivos económicos y otras medidas políticas, no es probable que se resuelva el problema.
El rápido ascenso de la contaminación por nitrógeno reaviva la necesidad de mayor control legal.
Tal vez haya que instaurar o reforzar normas ecológicas, como las de imponer límites a los vertidos de aguas residuales, y fijar las concentraciones de nitrógeno adquiridas en las emisiones de combustibles fósiles. En estados unidos y otros países se han implantado con cierto éxito reglamentaciones de alcance nacional y regional.
Amen de proveer de abonos a las regiones olvidadas por la revolución verde han de aplicarse soluciones sostenibles.
Deben potenciarse la educación de la población y el camino individual responsable así como las gentes han empezado a reducir su gasto energético, las gentes de toda condición deben aprender a elegir un medio de vida que origine menos nitrógeno.
Disminuir la ingestión de carne será decisivo si los estadounidenses adoptaran la dieta mediterránea, en la cual se consume, la sexta parte de carne de estados unidos, mejorana su estado de salud y se reduciría a la mitad el consumo animal de abonos.
Tales cambios alimentarios y agrícolas rebajarían la contaminación ambiental por nitrógeno, el propio tiempo que mejorarían la salud pública y se reduciría a la mitad del consumo nacional de abonos.
Los cambios orientados a reducir el rastro de carbono pueden servir de ayuda, no solo en el campo industrial (autogeneradores y coches híbridos); si no también en el agrícola.
Los consabidos comprendidos entre el clima y la producción de energía, que durante largos tiempo se consideraron una nueva hipótesis aparecen ahora desde los discursos provinciales a los carteles publicitarios, pasando por reglamentaciones en ciernes.
Para nuestro infortunio, el problema del nitrógeno es en cierto sentido más insalvable que el de! carbono.
La solución de este ultimo apunte hacia un mundo de producción energética sin combustibles fósiles que emitan C02.
Sin embargo, no es posible imaginar un mundo en el que no se necesite producir nitrógeno reactivo en grandes cantidades. Los abonos sintéticos han sido y seguirán siendo esenciales en grandes cantidades para satisfacer la necesidad mundial de alimentos.
Si no mantenemos sistemas de protección en el crecimiento de nitrógeno, nos afectaríamos en un futuro en donde los incrementos pueden ser mayores que las ventajas.
Las pruebas del origen del ciclo del nitrógeno podrían reducirse en buena medida con las técnicas actuales a costes asequibles. Podemos y debemos hacerlo mejor.
Hace falta un esfuerzo inmediato y continuado, para una futura gestión más limpia del nitrógeno. Está a nuestro alcance.
Como resumen final, las células que son en definitiva las portadoras de la vida tanto en los seres humanos, como en los vegetales y animales, se ven directamente afectadas por Jos excesos e nitrógeno y la reacción en cadena que provocan, supone un gravísimo riesgo para la vida del Planeta.
CAPITULO 2 EL PROBLEMA DEL NITRÓGENO
Dependemos vitalmente del nitrógeno para abonar los campos, pero su creciente consumo mundial daña el medio ambiente y amenaza la salud de miles de millones de personas. Le debe la vida a un descubrimiento de comienzos del siglo XX. La Universidad de Karlshruee ideó un procedimiento para obtener amoniaco, el ingrediente activo de los abonos sintéticos, a partir del nitrógeno, gas que abunda en la atmósfera, pero que, al no ser reactivo, no lo asimilan la mayoría de los organismos.
El cultivo mundial de la producción de alimentos alcanzó un hito 20 años después, cuando un colaborador de la citada universidad, desarrolló un sistema para realizar a escala industrial del sistema.
Durante los siguientes decenios, las factorías transformaron amoniaco en fertilizantes. En la actualidad la invención merece unánime respeto como uno de los logros más notables en la salud pública de toda la historia.
El bono sintético pieza de la renovación verde ha permitido a los agricultores transformar tierras estériles en tierras de labor y repetir con otras en el mismo suelo. Son fruto de que se procurará la regeneración de multitud de os nutrientes. En consecuencia, la población mundial se ha disparado a lo largo del siglo XX, de 1600 millones a cerca de 6500 millones de seres humanos.
Sin embargo, hemos pagado un alto precio por tan notables beneficios. La mayor parte del nitrógeno reactivo que padecemos de modo liberado, pero utilizamos para abonar la tierra y, en menor cantidad como subproducto de los carburantes fósiles o utilizamos los vehículos industríales para transportar lo alimentos. Se difunde hacia ía atmósfera, y océanos, donde se transforman en contaminante.
Desde hace tiempo, se atribuyen al nitrógeno reactivo las floraciones alógenas nocivas, las zonas muertas en aguas, etc.
No es de extrañar que aparezcan en otros lugares zonas muertas y además problemas relacionados con el nitrógeno, confirmadas en Norteamérica y Europa.
Al mismo tiempo, los abonos son y deben ser un instrumento esencial para lograr un crecimiento alimentario sostenible en África subsahariana y otras regiones de nutrición deficiente.
Es preciso que la comunidad internacional acuerde procedimientos para administrar mejor su empleo y mitigar los efectos negativos globales. No siempre hay soluciones fáciles.
miércoles, 2 de marzo de 2011
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