martes, 24 de febrero de 2009

EL SOL Y LA VIDA HUMANA - Las Manchas Solares y el Cambio Climático (III)

Todavía no se conocen los detalles del proceso, lo cual es lamentable, porque existen indicios de que las manchas solares tienen consecuencias directas para la vida humana.

A los científicos no les convencían que las variaciones en el número de manchas solares tuvieran vínculo alguno con el clima terrestre.

Se analizó los anillos de crecimiento de los árboles correspondientes al mínimo de 70 años de duración y se observó que la concentración de carbono 14, era sustancialmente mayor que antes y después de dicho periodo, así se pudo demostrar que las relaciones entre las manchas solares y el clima eran intensas.

Los científicos comprobarían que los mínimos prolongados de manchas solares coincidían con el apogeo de un periodo gélido en Europa y otros lugares como la pequeña edad del hielo (1.400-1.850).

Podría parecer que menos manchas solares deberían determinar un sol más brillante, pero la luminosidad del sol es mayor cuando hay más manchas, porque el magnetismo crea áreas ultrabrillantes denominadas fáculos.

De hecho la actividad de las manchas solares ha sido mayor a lo largo del último siglo, coincidiendo con el aumento de las temperaturas en la Tierra. Sin embargo, según un reciente informe de la NASA, la mayor luminosidad solo parece justificar la mitad del calentamiento global. Antes de 1.940 y menos que eso en años posteriores, en los que han ido aumentando los gases de efecto invernadero. Las variaciones de la actividad solo una parte del rompecabezas a partir de las simulaciones por ordenador, los científicos tienen una idea de cómo aparecen y desaparecen las manchas solares. Pero todavía hay muy pocas observaciones detalladas que se puedan comparar con los modelos teóricos.

¿Cómo es posible que la Corona, el ultraenrarecido halo de iones que se extiende por millones de km. En el frío espacio, sea normalmente cientos de veces más caliente que la superficie solar?

El más enigmático de los componentes del Sol es la Corona. Invisible excepto durante los eclipses totales, la Corona y la cromosfera (fondo de plasma de 2.500 km. De espesor situada por encima de la fotosfera visible) desafían el sentido, que nos hacen suponer que a mayor distancia de la superficie solar más frío.



La cronosfera solo tiene una millonésima parte de la inmensidad de la fotosfera y la corona una centesima de la inmensidad de la cronosfera. La fostosfera está a unos 5.700 grados centígrados de promedio, la cronosfera a 10.000 grados centígrados de promedio y la corona ronda los 2.000.000 de grados.

Un descubrimiento clave ha sido que constantemente se están generando campos magnéticos a pequeña escala, justo debajo de la superficie solar.

¿Cómo se explican las fulguraciones de eyecciones de la masa coronal, que producen tempestades eléctricas en la Tierra? ¿Cómo predecir estas tormentas?

La corona del Sol puede producir las mayores aceleraciones de partículas del sistema solar, fulguraciones y EMC. Las mayores equivalen a millones de TNT, todo en una escala temporal de 10 a 1.000 segundos.

Pero la mayor preocupación de la comunidad científica son las EMC y las tormentas de partículas asociadas.

Los metereólogos espaciales pueden determinar la velocidad y orientación magnética de la eyección.

Las peores tempestades suelen ocurrir tras los años de descenso tras un máximo solar.

El más reciente de los máximos solares terminó el 2.001. En noviembre de 2.003 se registró la mayor fulguración de rayos X observada hasta ahora.

Solo hace unos decenios que los científicos miden las fulguraciones y las EMC ni se conocían antes de la década de 1.970. ¿Habremos visto ya los límites de lo que el Sol es capaz de hacer?

La incógnita persiste.

Cuando se produzca el máximo solar dentro de unos años, una nueva generación de observatorios solares tendrá la mirada puesta en nuestro Astro Rey, y que, seguramente, avanzaremos hacia la meta deseada.

Retomando el problema de frotarnos los ojos de asombro, la ciencia ha sustituido a la magia, pero el misterio no se ha resuelto sino que se ha agigantado.

El hecho de estar vivos y de poseer inteligencia es un milagro en el Universo.

¿Pero este suceso único de la vida está lleno de contraindicaciones, pongamos dos ejemplos: el oxígeno es esencial para la vida, pero a su vez la oxidación nos conduce a la muerte.

El Sol es otro ejemplo de esta notable contradicción: al Astro Rey le debemos la luz, la vida, y la alegría de vivir, pero a la vez, su terrible fuerza, sobre todo la radiación, nos llena de riesgos.

No digamos nada cuando el Sol estalle dentro de 4.500 o 5.000 millones de años, y se transforme en una “gigante roja”, para acabar en una “enana blanca”. La Tierra se convertirá en polvo cósmico.

La incógnita reside en ¿si el género humano no habrá desaparecido de la faz de la Tierra en un espacio tan dilatado de tiempo a semejanza de tantas especies?

La probabilidad existe. El hombre y la humanidad somos seres para la muerte según frase de Heidegger.

Nos cabe un consuelo, en la irónica frase de D. Juan Tenorio ¿tan largo me lo fías?

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